Exposición Unibertsoa – Constelación mujer
Con motivo de la celebración del 750 aniversario de la fundación de la villa de Ordizia BARRENA KULTUR ETXEA se ha presentado la Exposición de Nisa Goiburu, cuya inauguración fue precedida por una performance cuya representación emocionó al público que disfrutó además del gran repertorio de sus obras, y como muy bien definía el Alcalde de Ordizia, José Miguel Santamaría, que la mujer es la protagonista en esta exposición y que la situaba por encima de culturas, civilizaciones y razas.
Video de la Inauguración y Performance: https://bit.ly/2OLOJS5
PERFORMANCE
Participación:
Nisa Goiburu , Ima Goiburu, Ana Lekuona, Arrate Leunda
Horario de : 18,00 – 20,00h . Festivos y domingos cerrado
BARRENA KULTUR ETXEA, NIKOLAS LEKUONA PLAZA z/g ORDIZIA 943805630
Del 24 de septiembre al 11 de octubre de 2018
Presentamos una pequeña reseña del reportaje que El Diario Vasco hace a la artista.
Nisa Goiburu regresa a Barrena
Ordiziarra de cuna, afincada en Tolosa, Nisa Goiburu regresa, veinte años después, al palacio Barrena, edificio que, dicho sea de paso, está muy cerca de la que fue su casa natal.
Aquel deseo de pintar con lo poco que había; una cuartilla y lápices de colores, que encontró salida y estímulo en el colegio de las Carmelitas situado en la ‘Prazuela’, acabó por adentrarle en el mundo de la plástica. Devenir que en días de bohemia, como salto cualitativo le transmutó del Goierri de los años 60 al París de aquellos días que marcaron época, en cualquier caso un camino del que ya no se apartó nunca, en el que, al día de la fecha, acredita una amplia y destacada trayectoria y un aparejado reconocimiento, que le ha llevado, valga reseñar, a exponer en tres ocasiones en Nueva York.
Humanista, de visión del mundo, de la vida y de las cosas en conjunción astral, desde la perspectiva cosmológica de la existencia como parte del universo, naturalista (ama lurra), de acusada sensibilidad, Nisa Goiburu, escultora, poetisa, pintora, considera y contempla todas esas opciones, más la música, etc, como vehículos, caminos, mediante los que expresar un sentimiento interno y plasmarlo a través de una o varias de las opciones creativas.
Todo parte de una inquietud, de una intención, de la necesidad de transmitir un sentimiento, su mundo interior, la pintura, la escultura, la poesía, representan el medio no un fin en sí mismo. «La pintura es poesía, poesía visual», apunta.
A Ordizia vuelve con ‘Unibertso. Constelación mujer’. Una selección de un ciclo o serie de trabajos que inició en el 2007 y que ha ido ampliando hasta ahora, que condensa un homenaje a la mujer; a sus valores y a su esencia.
«La mujer destaca, es dadora de vida, de amor, siempre dispuesta a hacer por los demás. Somos tierra, somos madre» enfatiza. Y sin perder la perspectiva histórica y el papel que le ha correspondido desempeñar hasta llegar a hoy en día, la colección representa ese homenaje a la mujer de todos los tiempos, de todas las culturas. «Y hablo de la mujer porque es el tema que yo conozco, vivo y lo siento». Planteamiento, añade, que no sitúa a la mujer en contraposición al hombre sino como dos seres complementarios.
Y en este contexto y serie trabajada durante estos 10 últimos años, las primeras obras, desde una visión cronológica, presentan a mujeres en disposición horizontal, figuras que tienen parte masculina, algo del hombre, representado. «Somos complementarios, no contrarios», insiste. Coloristas imágenes femeninas, siempre cargadas de simbolismo, a veces pegadas o asidas a un corazón, otras no. A menudo acompañadas por una referencia al satélite terrestre; la Luna.
Siluetas que en una segunda etapa adquieren una disposición vertical. Y ya en los soportes que completan la terna y secuencia, rostros de mujer resueltos en tonos blancos y grises; la esfinge, la diosa, o todas diosas.
La Luna como alusión a los ciclos; vital, hormonal, a la siembra, etc, y el título constelación, como llamada desde el contexto cosmológico, a ese universo infinito lleno de brillos, que guarda muchos nombres femeninos. En el compendio, la belleza como conclusión final, no exenta de melancolía.
Vorágine de sentires en la cavidad del alma que traslada a la línea en los renglones cortos que requiere la profundidad del verso, y a la lámina con pinceladas de misterio y ensoñación.
Habitualmente, óleo sobre tela (materia prima para un vestido), túrmix de colores, más que pigmentos puros, fondos muy planos, en capas, y en el proceso incorporación de otros materiales; polvo de mármol, hasta llegar al collage. Cuadros de aparente sencillez pero, realmente, muy trabajados.
«Mi vuelta a Ordizia ha supuesto un reencuentro con las raíces y me ha hecho sentirme muy ordiziarra». Muestra que permanecerá abierta hasta el próximo jueves.
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