“ANIMAL POLÍTICO” EXPOSICIÓN DE GILLES AILLAUD EN EL CENTRO POMPIDOU DE PARÍS

Un artista ecologista adelantado a su tiempo

Gilles Aillaud, Interior e hipopótamo, 1970. Óleo sobre lienzo, 195 x 250 cm

El Centro Pompidou de París presenta una retrospectiva del pintor y filósofo francés Gilles Aillaud (1928-2005). Esta exposición única nos invita a (re)descubrir a un artista que se adelantó a su tiempo.

Dada la actual crisis climática, la sexta extinción masiva de especies y las crisis sociales y geopolíticas que estamos viviendo, su trabajo era una respuesta muy relevante al horror que se nos avecina. 

En las décadas 60 y 70, cuando la pintura figurativa estaba siendo barrida por los nuevos movimientos, estos temas no hacían eco de las preocupaciones sobre la trampa humana en el consumismo, como lo destacaron los sociólogos Marcuse e Ilitch en la década de 1960. Como artista, Aillaud pretendía distinguir su trabajo del elitista arte abstracto, el arte conceptual, el minimalismo como también del realismo soviético y el arte pop estadounidense, que en su opinión glorificaba la cultura de consumo.

En su afán por pintar «filosóficamente», Aillaud recurrió a los animales, pintándolos en cautiverio, cuerpos voluminosos encerrados en estrechas jaulas, o cuerpos diminutos vistos desde la lejanía que se pierden en las extensas sabanas africanas, Aillaud pintaba especies que eran traídas de diferentes junglas del planeta a la jungla del cemento y hierro, pero que en su tiempo fueron interpretados de diferentes maneras, era una época en el que el encierro de los animales no molestaba a nadie y su obra ya hablaba sobre temas de cautiverio y control, el artista era un revolucionario, un visionario, un innovador, todo lo contrario de lo que a veces se le ha criticado y que hoy destaca por el concepto que encierra su trabajo, una profunda reflexión sobre nuestra relación con la naturaleza . 

Gilles Aillaud.  Elefantes y clavos. 1970. Óleo sobre lienzo.  195 x 250 cm

Su obra nos invita a repensar nuestro lugar en el mundo y a encontrar una nueva forma de convivencia con la naturaleza. Empezando por los animales de los zoológicos, así como por los minerales, las plantas, los cielos, los océanos, las playas, los suelos, las montañas, los desiertos; mucho se ha escrito sobre este extraño pintor, filósofo y poeta, artista de su tiempo, de su propia época, así como del largo plazo o de un tiempo cósmico. 

En palabras de la investigadora Mylène Ferrand. “En este universo cuántico, la materia todavía está radicalmente abierta. Aillaud sabe que las fuerzas son ante todo biológicas y materialistas antes que discursivas. Entonces, no se trata sólo de pintar animales o zoológicos; el arte está hecho de ellos (y la “naturaleza”, materia física), atrapado en ellos y actuando con ellos. Más allá de esto, Aillaud habla también de devenir materia, de perpetua metamorfosis, de disolución de uno mismo en la imagen y en el mundo. Más aún en un momento de temor a las armas nucleares y su poder omnicida (que vuelve a ser un tema de actualidad). Como hombre sabio, el artista sigue planteando una pregunta fundamental: ¿cómo contribuye el arte a acercarnos a la verdad y a su naturaleza fundamentalmente ilimitada?” 

Esta exposición recorre los años desde 1964, cuando Gilles Aillaud se convirtió en presidente del altamente político Salon de la Jeune Peinture, hasta 1988, cuando realizó un viaje a Kenia: el viaje de uno de los artistas más singulares de la escena francesa en el Década de 1960 

Gilles Aillaud.  Elefantes despues de la lluvia. 1991. Óleo sobre lienzo.  200 x 260 cm.
Gilles Aillaud.  Los pinguinos. 1972. Óleo sobre tabla.  200 x 130 cm

Un pintor político

Las pinturas de Gilles Aillaud siempre han estado imbuidas de una dimensión política. Sus representaciones de los zoológicos, por ejemplo, pueden leerse como una crítica al dominio del hombre sobre la naturaleza, pero al hablar de su trabajo a través de su trayectoria, no podemos limitarnos únicamente a las representaciones de animales enjaulados;  su notoriedad en la singular figuración narrativa es muy apreciada. Cercano a los pintores Eduardo Arroyo y Antonio Recalcati, que supo involucrarse en política, creando carteles y consignas para Mayo del 68 y escenografías para teatro.  La serie  “Vive y deja morir” hoy en el Reina Sofia o sus composiciones con bares y piscinas cercano al arte pop ilustrativo.  En su figuración narrativa su compromiso político es perceptible y opera en varios niveles, un gran ejemplo de ello lo tenemos presente en una de las salas de la exposición.

El cuadro «Vietnam. La Batalla del arroz» (1968), se inspira en una fotografía de prensa publicado a gran tamaño con el título: “William A. Robinson. Derribado el 20 de septiembre 1965” donde aparece un soldado estadounidense escoltado por un combatiente vietnamita. La chaqueta del soldado lleva las siguientes inscripciones: «Robinson», «US Air Force» y el cuadro representa a un prisionero estadounidense y un combatiente vietnamita cruzando un campo de arroz en el que trabajan los agricultores.

Aquí, Aillaud ofrece un trabajo comprometido dando testimonio del estancamiento estadounidense en Vietnam y condena la intervención militar de una población pacífica y trabajadora amenazada por agresiones externas.

Sus colecciones posteriores nos hablan de la naturaleza, de paisajes abiertos, del mar. Sus producciones a finales de los años 70, son óleos de grande grandes dimensiones de paisajes áridos y zona montañosa de Skyros (Grecia) “Lo cercano y lo lejano”. Estas pinturas se muestran por primera vez en la retrospectiva del Museo de Arte Moderno de París (MAMVP), o a principios de los años 80, Bretaña le inspira sus costas, con horizontes lejanos agitados por las corrientes durante la marea baja, o las de las orillas del Nilo, su delta, el Mar Muerto y el desierto pintados tras un viaje a Egipto en 1987, y al año siguiente  la serie “El mar en todos sus estados”, sobre los movimientos del Océano en la playa de Biarritz y durante la década de 1990, el artista crea seis pinturas sobre papel de gran tamaño (de 3 a 9 metros de ancho) representando vuelos de pájaros contra el vasto fondo de cielos marítimos, así como una docena de óleos sobre el mismo y de las playas bretonas y normandas de Argenton, Audierne y Hauteville hablan por todas las playas y que hoy se encuentran en las colecciones públicas francesas.

Gilles Aillaud Animal politico 2023 – 2024 en el Centro Pompidou, París
Gilles Aillaud Animal politico 2023 – 2024 en el Centro Pompidou, París

Dando termino al articulo cerramos con una reflexión de la investigadora Mylène Ferrand “Su pintura, que desafía la figuración y la abstracción, es efectiva, ligera y no materialista y en ningún caso hablamos de una pintura «gestual», y menos en la emotividad del toque expresionista. Lejos del ruido ambiental y de la vanidad, de La sociedad del espectáculo (Guy Debord) o de la industrialización de la cultura y el arte, se mantiene fiel a las cosas y a los seres, a la existencia física, a la realidad líquida de su tiempo, a lo que realmente cuenta en el fin. Con una agudeza y una ética poco comunes, se centra en lo esencial y desea dirigirse a todos, no sólo a un grupo selecto”.

Podemos ver el Centro Pompidou como un centro cultural o un espacio expositivo. También podemos verlo como un enorme zoológico donde deambulan humanos privados de cielo, encarcelados en la ciudad. Tan abandonados a su suerte que sienten la necesidad de ir al museo como uno se acerca a la ventana para observar el horizontees y rpirar.

En  Centro Georges Pompidou de París  
Del 4 de octubre de 2023 al 26 de febrero de 2024 

www.centrepompidou.fr

Edición: ARTE espacio y contenido

Fuentes: Centro Georges Pompidou de París

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