El museo Guggenheim de Bilbao acoge en estos momentos una de las exposiciones más importantes de los últimos años, una muestra de la artista neoyorkina Alice Neel (1900 – 1984) de más de 100 pinturas, dibujos y acuarelas compuesta por retratos trascendentales, paisajes urbanos, naturalezas muertas e interiores; una gran selección de obras considerada como lo mejor de su trabajo que destaca por el uso expresionista de la línea y el color, su intensidad emocional y profundidad psicológica.

Elegida la mejor exposición de 2021 en Nueva York por la prestigiosa revista Vulture tras su paso por la Metropolitan de Nueva York, y otros medios europeos como la revista italiana ArtsLife o la británica Apollo. Esta ambiciosa encuesta posiciona a Neel como una de los artistas más radicales del siglo, una defensora de la justicia social cuyo compromiso con los principios humanistas inspiraron totalmente su vida y su arte.
Esta retrospectiva, que abarca toda la trayectoria artística de la artista bajo el título “Las personas primero”, incluye sus retratos más impactantes, célebres hoy en día por su perspectiva psicológica.

En su gran muestra nos vamos a encontrar con cuadros de activistas que se manifiestan contra el fascismo y el racismo y que comparten espacio con otras pinturas que representa a víctimas del empobrecimiento de la Gran Depresión, así como retratos de los vecinos de Neel en Spanish Harlem, a líderes de grandes organizaciones políticas, artistas e intérpretes queer y miembros y diásporas de la comunidad mundial de Nueva York.
La exposición también destaca por sus acuarelas y pasteles eróticos de su etapa más temprana, en la década de 1930, representaciones de madres y figuras desnudas (algunas de ellas visiblemente embarazadas), todas cuyo candor e irreverencia no tienen precedentes en la historia del arte occidental.


Neel residió durante mucho tiempo en Nueva York, y la ciudad fue su gran protagonista. De hecho, la totalidad de su trabajo atestigua el drama de sus calles, la belleza cotidiana de sus edificios y lo más importante, la diversidad, la resiliencia y la pasión de sus residentes. «Para mí, las personas son lo primero», declaró Neel en 1950. «He tratado de afirmar la dignidad y la importancia eterna del ser humano».
La muestra está cuidadosamente organizada, siguiendo de lo cronológico a lo temático, uniendo obras tempranas y ultimas y demostrando las fluctuaciones de Neel entre varios estilos realistas: detallado, suelto, expresionista, surrealista. Las primeras salas abarcan obras desde la década de 1930 hasta finales de 1950 mostrando lo fundamental que fue la ciudad de Nueva York en el desarrollo de su trabajo: sus edificios, sus conflictos, la gente y los vecindarios en los que vivía: Greenwich Village, el Upper West Side y especialmente el Harlem español; se mudó allí en 1938 para estar con José Santiago Negrón, el padre de Richard, su primer hijo, y se quedó hasta 1960 (José se había ido en 1940).
Luego la muestra continua con los retratos de los años sesenta y setenta, considerados por muchos como su mejor trabajo durante un tiempo mientras su fama crecía. La muestra confirma que destacó en el retrato desde el principio, por ejemplo, como en un retrato de 1962 de su primer y único marido, infundido por El Greco, Carlos Enriquez, padre de sus dos hijas, del que se separó pronto pero nunca se divorció.
Carlos Enriquez – 1926
En varios puntos, nos encontramos con obras de sus comienzos que trastocan un poco la narrativa y que nos dan pistas se cómo iba formándose su línea expresiva como los retratos de los años 50 y 60, tres retratos de 1935 y 36 («Pat Whalen», «Max White» y «Elenka») encajan perfectamente en esa línea, mostrando como iba estableciendo su madurez pictórica y expresiva.
Esta gran muestra de arte estará hasta el 6 de febrero de 2022.
Exposición organizada por el Museo Metropolitano de Arte en asociación con el Museo Guggenheim Bilbao y los Museos de Bellas Artes de San Francisco.

Museo Guggenheim Bilbao
Avenida Abandoibarra, 2
48009 Bilbao, España